martes, 10 de diciembre de 2019

Tregua de Navidad durante la Primera Guerra Mundial

Durante toda la Historia de la Humanidad había habido cruentas guerras donde no había existido ni un atisbo de humanidad hacia el contrincante. Sin embargo, también hay lugar para las excepciones en la Historia, y la más bonita de las excepciones sucedió el primer año de la Gran Guerra, la guerra más cruenta y mortal que se había vivido hasta el momento, o al menos, que se recordaba hasta entonces.




Pero antes de detallar que ocurrió esa víspera del día de Navidad entre los bandos beligerantes, debemos conocer un poco más sobre la Primera Guerra Mundial:
La Primera Guerra Mundial (anteriormente llamada "la Gran Guerra") fue un conflicto bélico que se desarrolló en los países más predominantes del momento (de ahí el calificativo de "mundial") y que transcurrió desde el 28 de julio de 1914 al 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania aceptó las condiciones del armisticio. La guerra la formaban dos bandos enfrentados: por una parte la Triple Alianza, que lo conformaban el Imperio alemán, y Austria-Hungría (más tarde, se unirían el Imperio Otomano y el reino de Bulgaria), y por otra parte, la Triple Entente, formada por el Reino Unido, Francia y Rusia (a los que más tarde se unieron el Imperio de Japón y los Estados Unidos).
Hubo muchos desencadenantes como las políticas de imperialismo en África, los resquicios y las heridas en las conciencias que no habían sanado tras la última guerra franco-prusiana de 1870, pero el desencadenante clave que desató el más grande conflicto bélico hasta el momento, fue el asesinato del archiduque de Austria, Francisco Fernando, a manos de una nacionalista serbio. Esto desató una crisis diplomática entre Austria-Hungría y el Reino de Serbia. En poco más de un mes, todos las potencias centrales se habían movilizado buscando sus tratados forjados durante décadas, para posicionarse en uno de los bandos y comenzar la guerra.


La Tregua de Navidad

La guerra se estaba desarrollando en las trincheras (debemos recordar que la Primera Guerra Mundial también es conocida como "la guerra de las trincheras"), en unas condiciones totalmente insalubres y el invierno de 1914 fue especialmente crudo. Muchos hombres morían congelados, tras haberse pasado meses malviviendo bajo tierra. Todo cambió la noche del 24 de diciembre de 1914. De manera no oficial (los altos mandos de ninguno de los bandos o ejércitos que se encontraban en el Frente Occidental dio consentimiento o alguna orden de alto el fuego esos días), las trincheras alemanas de Ypres comenzaron a decorarse con pequeños árboles y luces. Un soldado (al que después siguieron todos) comenzó a entonar las primeras notas del villancico Stille Nacht. La trinchera del frente británico estaba a unos 30 metros de la alemana, por lo que se oía, en el silencio de la noche, aquella música. Acto seguido, los británicos continuaron cantando el mismo villancico, esta vez, en inglés Silent Night. Poco después, un soldado se atrevió a salir fuera de la trinchera con un cartel que rezaba "tu no disparas, yo no disparo". Así, de una manera totalmente improvisada y digna de pasar a los anales de la Historia, esa noche soldados alemanes y británicos se estrecharon las manos, compartieron regalos (chocolate, bebidas, cigarrillos, botones de los uniformes como recuerdo, fotografías...). La mañana siguiente, día de Navidad, se disputó un partido de fútbol (cuyo marcador fue 3-2 a favor de Alemania), y una misa debido a la festividad del día, cuyo Salmo fue leído en ambos idiomas. También se recogieron los cadáveres y se cavaron tumbas para ellos por parte de ambos bandos. Al día siguiente, la guerra continuó, se recrudeció y no se dieron más momentos como el vivido en la Navidad de 1914, quizás porque los altos mandos que dirigían esos batallones, en 1915 ya no ocupaban ese puesto, o simplemente porque la guerra, que fue concebida para que durase muy poco tiempo, se alargó y se recrudeció.
Aún así, es un momento histórico, que ha sido llevado al plano artístico, ya sea en el música como en el cinematográfico. La película Joyeux Nöel (2005) hace una buena y fiel recreación del "milagro" navideño que se vivió en 1914.

Enlaces de interés

No hay comentarios:

Publicar un comentario